Me imagino a algunos dirigentes tratando de justificar lo injustificable de sus gestiones. Dándose golpes de pecho en plan King Kon, haciendo aspavientos y traumatizados porque se sienten incomprendidos. Para hacer todo esto hay que ser como mínimo buen actor.
Me los imagino hablando con sus colaboradores, dando las explicaciones que, según cuenta el escritor cubano Raúl Rivero, debieron dar los demócratas Castro cuando tenían que vender que gracias a sus gestiones con la Unión Soviética, los parias del este les habían enviado diversa maquinaria para pagar en cómodos plazos. Fue fácil explicar que habían recibido infinidad de tractores, con lo que los planes de desarrollo multiplicarían por 5 las cosechas ( no recibieron repuestos y necesitaban un camión de Campsa por cada tractor por lo que consumían); a los cinco años formaban parte del paisaje, cual toro de osborne español, abandonados. No fue tan fácil de explicar la compra del artilugio que estaba desarmado en el puerto de La Habana. Cuentan que el equipo pasó varios meses recibiendo visitas de los lugareños, que entablaban pláticas sobre el contenido de aquellas misteriosas cajas. El ejercito revolucionario se hizo cargo de la operación, Retiraron el embarque y lo llevaron a un lugar desconocido, donde procedieron a su ensamblaje. Reunión de todos los miembros, afiliados, los espías, los jefes de cuadra, que se reunen en un gran recinto al aire libre. El el tablado, porque está hecho de tablas, aparece un dirigente delante de un micrófono y detrás de ambos una gran lona, con más retales que la vela de un pirata, cubriendo un mole de dimensiones considerables.
Parafernalia, verborrea y " para demostrarnos que Cuba no necesita de países que oprimen al trabajador, donde la revolución está por hacer, vamos a ver la última maravilla que gracias a la fortaleza de nuestro líder tenemos a nuestra disposición en Cuba". 50 voluntarios se afanan retirando las lona y ante la visión, el dirigente, exclama " somos el primer país de América que cuenta con UNA MAQUINA QUITANIEVES, ni tan siquiera los imperialistas del norte cuentan con una maravilla como esta" El mentalizado público no puede evitar un ohh de sorpresa y una vez repuestos prorrumpen en una estruendosa ovación.
Las gestiones que han llevado a cabo algunos, nos parecen tan útiles como la máquina quitanieves de Cuba.
Brillante
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