Hablo por teléfono fijo ( que pocas llamadas se hacen ya por ese medio) con un amigo, que me sigue a través de los comentarios del blog y me pregunta que pasa con las gestiones de la federación riojana para el cumplimiento de las normas en las convocatoria internacionales. Le digo la verdad, que si lo sé ni me interesan; creo que una vez que consiguieron su objetivo el resto fué todo paripé, hacerse los ofendidos como el actor que sobreactua, pero nada más., "parece mentira con lo que yo he hecho por.........".
Me dice que estoy trasladando mi ira en un tono alto, a lo que le contesto que no me importa ya que la herida es profunda, que no grito por un rasguño.
También me dice que he dado a entender que estoy enfadado con la judoka beneficiada y eso si que lo quiero aclarar, repitiendo que yo no trato de restar, trato de sumar. Las dos judokas son muy amigas en el deporte y fuera del deporte (están en la misma cuadrilla, con lo que esto implica), ninguna de las dos ha dejado de entrenar diariamente , incluso domingos y últimanente incluso en dos sesiones, cuando a una no le servirá para nada. El seleccionador riojano Hector tiene previsto desplazarse a Hungría, porque ya tenía preparado el viaje para acompañar a las dos y me parece bien porque me consta que él no intervino en esta estrambótica solución.
Pero quiero recalcar que en absoluto tengo nada contra ningún ó ninguna judoka y menos riojanas. Ellas que se dediquen a entrenar y competir en lo que saben, el resto que se lo dejen a los adheridos y demás pululantes, que se las arreglan solos para en.........
Y entonces me suelta la frase, muy madrileña, y con cierta antigüedad "lo que no entiendo es como dejaste que te vendieran el tranvía"; No tengo respuesta, charlamos un rato y lo dejamos, me siento un pringado.
Yo que he montado en tranvías, que me he pasado un día sin poder abrir los ojos por mirar demasiado a la soladura de las vías, que he montado en el trole, que he ido a la tómbola de la vivienda y al instituto en el 37, yo entendí plenamente la frase. Me siento un pringado por no entender que hay personas que se sobre valoran y aún sabiendo que si es necesario te venderán lo público como si fueses de ellos, un tranvía por ejemplo.
La nostalgia me lleva a buscar alguna foto de un tranvía para contemplarla, la veo pero como estéticamente no esta para mirarla, busco una del tranvía funcionando por excelencia, el de San Francisco
A los que se quedan aún dándolo todo día a día, que no den por perdido el esfuerzo, sin duda llegará su momento, seguro. Mucho ánimo y el deseo de que siguan superándose como hasta ahora, de que no dejen de estar en la brecha. A los que se van al Mundial, mucha, mucha suerte, va a ser duro, sin duda pero eso ya lo sabéis. Les enviamos todo nuestro apoyo, cariño y ojalá se vea recompensado su gran esfuerzo y sacrificio. SUERTE CHAVALES.
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