miércoles, 2 de septiembre de 2009

LA ACHICORIA Y EL PRINGAO


Nací en plena posguerra mundial y entre mis maestros se cuenta la necesidad. Me gustaría ser más pragmático, lo mismo que reconozco que soy poco dogmático.
Siempre se ha dicho que el café para todos no es bueno, pero uno termina cayendo en la cuenta de que, el que esto dice es el encargado de repartir y como el que reparte y reparte se queda con la mejor parte, pone por adelantado que, alguno no llegará a probarlo y que debe consolarse pensando en que si no ha recibido es que quieren lo mejor para él y el café no lo es.
Tampoco me considero un optimista recalcitrante, de los que juegan con los trileros y esperan acertar donde meterá la bolita el manipulador, sin percatarse de que no estará debajo de ninguna de las medias nueces, cartas, vasitos, patatas, etc.. Es curioso que clase de hipnosis sufren algunos, que creen a cualquiera de los ganchos que les entrega un billete con la frase “ juegue Ud. Por mi, que no me dejan porque gano siempre”; juega y gana y el beneficio se lo lleva el gancho; el ambicioso queda enganchado, comienza a jugar con su propio dinero y tarde descubre que aquello es un timo y en paralelo comienza a ser desplumado.
La merienda preferida, aunque no siempre atendida, era de una onza de chocolate Tárraga. Los adultos tomaban achicoria La Noria. La primera vez que vi café en grano fue en la cocina de mi abuela. A lo que iba, escuchaba a los adultos que degustaban una taza de achicoria “que bueno está, esto es mejor que el mejor café” cuestión que aprovechaba mi abuela para sacar unos granos del pequeño paquete de café, meterlos en el molinillo, mientras se justifica “Pues a mi donde esté el café”, instante en el que aparecíamos nosotros al sonido de la primera vuelta de la manivela, para solicitar “abuela déjeme a mi que lo muela”. Hay quien te da achicoria y trata de justificarse diciendo que es lo mejor para ti, sin tan siquiera preguntarte que es lo que de verdad te apetece.
Ahora, al que verdaderamente no soporto es al consejero/ra que hace de trilero, te trata de embaucar con razonamientos del tipo que el café no es bueno para todos y por lo tanto si no te toca, aunque te corresponda, pues te fastidias y encima te reconvienen porque protestas. No soporto al que te ofrece achicoria y si no manifiestas que está mejor que el café, te reconviene y te aconseja que calles y tragues. No soporto al que me manipula entregándome un billete para que juegue en la timba de la bolita, juego gano, se queda con el dinero y después como no quiero ser desplumado del mio protesto y me aconsejan que me calle porque si no va a ser peor. No soporto al que PERSONALIZA individualmente los ÉXITOS , poniéndolos nombre y apellidos y si estos no llegan el FRACASO HA SIDO DE TODOS: M….. para el grupo, leches.
Ya lo decía el admirado periodista Alfonso Rojo, “Nos mean encima y lo que no soporto es que nos obliguen a decir que está lloviendo”.
Primera parte de judo house de septiembre. Lo siento pero el pringao se repite, soy yo; me mean y encima quieren que cante bajo la lluvia. Me niego. Al lado aparece una timba de trileros; me invitan a participar pero no quiero.

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