Esta terminando la temporada de judo en La Rioja, practicamente ya ha terminado porque el único torneo no encuadrado en los obligatorios para que este deporte tenga alguna razón de ser, el Judokita, no tiene visos de continuidad en este año. Así que si los grupos que están creciendo en sus gimnasios con Francisco, Santiago, Eduardo y María Jesús quieren ver sus posibilidades, se tendrán que apuntar al próximo torneo de San Fermín y luego al de Hondarribia allá por noviembre para volver a Pamplona en diciembre. Aquí, en Logroño me refiero, dependiendo de la edad, pueden asistir a algún juego escolar, pero ya saben que se celebran de aquella manera. De los rimbombantes entrenamientos del centro de tecnificación no he oido nada, pero que aún pueden seguir existiendo.
Sinceramente espero mucho de la periferia y recuerdo el título de una entrada EL JUDO EN LA RIOJA SE MUEVE, tendría que haber añadido EN LA PERIFERIA.
Empezaré a escribir más del judo de afuera, porque el de dentro lo tengo muy calado y con cada vez menos cosas que resaltar para no incurrir en el fallo de hablar de los judocas, que al fin y al cabo son los únicos que merecen la pena.
Para los más leídos, dos taglines:
Uno francés: No hay ausentes sin culpa No hay presentes sin disculpa.
Otro: el buen carpintero mide dos veces y corta una porque sabe que lo partido es difícil de arreglar.
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