martes, 7 de abril de 2009

Dándoles vueltas al asunto del aficionado

Conozco a dos personas que son el máximo exponente de lo que uno es capaz de hacer por afición.
Un judoka vasco, padre de dos hijos y una hija, y un judoka riojano que aún no tiene hijos, pero que entrena y se desvive por tres chavalillas.
Me causa admiración verlos en Daimiel un sábado de septiembre, uno por la tarde y el otro que llega a las doce de la noche desde Guipuzcoa donde ha dejado a la novia y en medio de la celebración de una boda se ha marchado para poder dirigir a dos de sus pupilas. Estas le corresponden en competición consiguiendo dos medallas. La familia vasca sale disparada porque van a Francia a otra competición.
Ondarríbia en noviembre, allí se encuentran.
Y comenzamos el año 2009:
Enero torneo Villa de Madrid, allí se encuentran.
Rentería. Se encuentran.
Febrero. Rankig nacional que se celebra en Madrid, allí se encuentran y por primera vez dos de sus cadetes riojanas consiguen el primer puesto en el ranking. El vasco se lleva con su hija una medalla de plata.
Febrero. Campeonato de España sub 20 en el sector norte. La Rioja presenta para las 4 plazas diponibles. 2 jóvenes de Calahorra y Logroño ( me gustó mucho el chaval de Calahorra, Alex ), y dos judokas con 15 años preparadas por el entrenador riojano. Una de las chavalas se proclama campeona y consigue la clasificación para la final en Leganés. El vasco se lleva una medalla de plata y una clasificación para su hijo mayor. Se me olvidaba. Se encuentran.
Marzo, Final sub 20. Se encuentran. El riojano ha trabajado el sábado hasta tarde y después ha se ha plantado en la carretera y ha hecho los 350 Kgs. hasta Madrid para acompañar a la judoka el domingo a primera hora.
Que tios, estos si que lo viven y de verdad crean afición.
En la foto de Daimiel y la mayoría de los pupilos@s de ambos.

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