1.-Soy consciente de que el comentario que voy a escribir no será compartido por todos, aunque espero que si por la mayoría. Estamos pasando una etapa en la que a la sociedad española se les están colando falsificadores y aprovechados por todas partes. Las ONG, agencias de estudios que no aportan nada, políticos corruptos que deciden su voto en función de lo que van a cobrar, actores que, nunca mejor dicho, quieren vivir del cuento, etc, etc, etc.
Antiguamente había dos ONGs importantes y todo el mundo las conocía; se canalizaban las ayudas y sabíamos que estas llegaban en mayor medida a los destinatarios. Ahora hay ONgs, que como la francesa que secuestraba niños para hacer negocio y bastantes españolas que solo son, como se decía en castellano antiguo unos sacacuartos. Me viene a la memoria un concierto dado a favor de una ONG ó de una familia con problemas médicos en alguno de sus componentes , a los que la izquierdista de mansión Ana Belén no perdonó ni una peseta de su caché.
Ojalá suelten a los tres viajantes de la ONG Barcelona no se que, secuestrados por Al Qaeda., pero, si son ciertas mis informaciones, es que no se puede hacer turismo camuflado en ONG; parece que cada una de las máquina de coser que llevaba la caravana, unas cincuenta en total, iba acompañada de un integrante, vamos que viajaban más personas que elementos para donar.
2.- No se si existirá un santo patrón para el judo, aunque ahora lo llamarían día mundial del judo, ya que con tanto impostor pululando por ahí, que no sabe diferenciar entre un agnóstico y un ateo y son censores de todo lo que aparezca con la palabra santo, aunque se refiera a la visión de una estampa o dibujo -¿ que haces con ese libro de arte?, estoy viendo sus santos-. ¿Celebraran el día de su santo? ah, que este si, que lo llamaran onomástica.
Bueno si no existe, yo propondría el día de los santos inocentes, fundamentalmente porque la estetica del muñequito se asemeja a un judoca con judogi. De todas formas aprovecho y expongo una parte más del judo house de diciembre, como recuerdo de acontecimientos ocurridos en este año en los que algunos fuimos los inocentes de turno, con el muñeco a cuestas.
La muerte de la inocencia.
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