CARTA ABIERTA A DOS
Es conocida la situación en la que se encuentra mi hija en el Gimnasio Zarza de Salamanca, donde está totalmente integrada, participa en eventos deportivos de la federación de Castilla y León y sigue progresando en eso del judo, gracias a la colaboración de sus compañeros, cuarto y quinto dan, profesores de universidad.
Por el contrario en Logroño solo hay dos personas que se aproximan en cuanto a transmitirle conocimientos, el que será su entrenador de toda la vida con la inestimable ayuda de su mujer, gimnasta reconocida y que en equipo sigue llevando al Podium Rioja a lo alto de la plataforma; un polifacético judoca, que también entrenó en Salamanca y que hoy es el primero en el escalafón riojano.
A lo largo de catorce años que sigo a los judocas riojanos he conocido a muchos padres, la mayoría sobrados de clase y con los que nunca tuve el menor problema; he prestado mi coche en infinidad de ocasiones para llevar a familiares y judocas; no puedo resaltar ningún incidente con nadie.
Mi hija ha prestado en ocasiones judogis y fue la que me preparó cuatro para que se los diese a Paco Olivenza en su causa por Africa.
De manera natural desde hace más de un año, sin citas previas, los viernes después de finalizada la hora de entrenamiento, cuatro matrimonios pasábamos un rato de tertulia en la terraza o en el interior de una cafetería. A veces nos desplazamos al Centro Asturiano donde degustamos algunas sidrinas. Yo me sentía a gusto y mi mujer más.
A primeros de año surgió un padre que se presentó a mí, como imagino que haría con los demás, ofreciéndose para todo. Por ejemplo si hablábamos de cocina, pues aparece con un lápiz con libros y recetas.
Al segundo protagonista de la carta, monitor en ciernes le conocía de verle en los entrenos desde unos años atrás y creo que en pocas ocasiones hemos tenido conversación de más de cinco minutos, porque no veía necesario ni un minuto más. Llamado por el actual presidente he acudido a realizar unas fotos donde era el actor secundario y el protagonista Diego Aguado. Motivo, que través de su correo electrónico le prepare un montaje con logos de firmas que les financiaban el viaje al campeonato no se si de Europa ó del mundo de veteranos. El que cumplió con su papel fue Diego. También le tiré una foto de secundario junto con Francisco Olivenza, motivo un campeonato, no recuerdo si de la Guardia Civil ó de que. Desde septiembre del año pasado su presencia se hizo permanente y recuerdo que me llamó la atención que destacó en la buena mano que tenía en el trato con las personas especiales. Surge acompañando al otro padre en cuestión y se sientan en la terraza junto con los que formamos la tertulia de los antiguos viernes. Recuerdo que resultaba gracioso (creo que lo he publicado en este blog) contando las andanzas de Pedro padre en Londres a quien, por cierto, no le dejaba en muy buen lugar.
Buen rollo siempre ha habido entre los seguidores del judo y como prueba una foto.
Pero a un grupo de los que yo veo como muy especial, entre los que no estáis vosotros, me los encuentro en Hondarribia, Pamplona y Burgos. Todo el mundo llevamos comida en abundancia y la compartimos sin ceremonias. Como anécdota el enfado de mi hija en Burgos porque yo ofrecí su bocadillo.
Vamos, que comer hemos comido siempre, porque son celebres los bocadillos de Tortilla de Mere que llevaba la madre..... Yo, para dos, siempre he llevado unos ocho bocadillos y nunca he vuelto con ninguno. En las ocasiones en las que he sido invitado a merendar en la parte trasera de algún coche, he participado preparando una docena de delicatesen y nunca he vuelto con ninguno. En el mini frontón del Gimnasio desde hace más de diez años se han celebrado cumpleaños de quien le ha dado la gana de celebrarlo. Eso si, nadie lo hacía con el afán de hacerse notar.
Pues bien, las tertulias cambiaron, los protagonistas cambiaron y aunque descubrí un matrimonio con clase y familia numerosa, con el que hasta entonces no había hablado, la verdad es que ese rollo no nos gustaba ; tomamos la decisión de dejarlo y aprovechando la visita unos amigos bajamos con el perrito para decir que no nos quedábamos (ni nos quedaríamos nunca más). Aprovechan y nos invitan a una jornada de puertas abiertas para padres en sábado por la tarde y acepto aunque aquello me huele a cuerno quemado.
Soy zorro y viejo, así que percibo cosas que personas elementales transmiten; accedo al paripé de combate que me han preparado con el conserje al que le doblo en edad y el me dobla en kilos.
Error, me quedo a tomar unas cervezas aunque me lo paso bien porque charlo con personas ajenas a la trama.
Creo que ya he comentado que facebook solo lo utilizó con familiares y amigos de verdad, por lo que no estoy al tanto de lo que publican personas a las que no he querido tener como amigas.
Para que lo entendáis, no gustó que se aireara lo de Cáceres y menos que publicara lo de las elecciones a la presidencia de la federación, porque estas dos personas les gustaría convertirse en protagonistas, aunque considero que todo esto les viene muy grande, pero......
Mi hija es la que nos cuenta que han publicado en plan chincha rabia de nene, que han tenido una comida en la que han auto premiado con un bonito diploma que seguramente pagaremos todos los españoles. Veo entonces las fotos de los asistentes, lo entiendo y trato de apaciguar.
Que se arrogen como los sufridores del judo cuando llevan cuatro días en esto y no están los verdaderos seguidores, aquellos que yo admiro, excepto en un caso, es lo que me duele.
Parece que no han conseguido lo que pretendían e intensifican las presuntas fiestas e incluso y me pasan una foto en la que posan y alardean frente a un mobiliario de aluminio delante de una pizzería para que veamos lo bien que lo saben pasar, que no coincide con el rostro de los adultos. Una persona enterada de la faena me manda un cartel que yo considero que le viene al pelo a la vista de la foto. Este cartel es real y yo les recomiendo que si para dar la sensación de fiesta necesitan ambiente, que contraten a los borrachos que se publicitan. Mentes poco acostumbradas a leer interpretan que les estoy llamando borrachos. Relean señores relean.
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