sábado, 28 de noviembre de 2009

EL NEGRO Y LA HIPOCRESÍA


Con motivo de las líneas que publiqué sobre la aparición de Juan en un tatami vasco, me comentan que no debo nombrar la palabra negro para definirlo; hice todo lo que pude para no mencionar la palabrita, pero de todas las formas llego a la conclusión que hay un sector, que normalmente se rasca con la mano izquierda, que son más retrógrados que sus oponentes y más lelos que estos políticos que van a buscar a los descendientes de los moriscos que fueron expulsados en el siglo XVII, para pedirles perdón e indemnizarles si es preciso. Vaya pandilla.
Parece que la palabra NEGRO solo se puede escribir anulando más de la mitad de las acepciones.
A un periodista deportivo le parece bien que un jugador de raza negra le llame "hijo de la gran puta" a un contrario, pero cuando este le espeta solo con "negro" el moreno se alarma en su fuero interno y lo bocea a la prensa, buscando la condena del blanco. Negro bocazas.
No entiendo, yo soy calvo desde mi juventud y jugando al fútbol en más de una ocasión me lo han lanzado a la cara; yo, desde luego no me quedaba callado, pero tampoco buscaba escandalera gritando estupideces tipo "este tío es un racista, que me ha llamado calvo".
Será racismo también todo ese grupo de personas socarronas, que ha creado una nueva unidad de medir la estética, EL PICIO. Con la anatomía física de una persona viva (no valen tanatos), poco agraciada se establece el punto cero y sobre este se establecen puntuaciones, de acuerdo a los aspectos externos de cada persona. ¿Será racismo decirle a alguien eres más feo que Picio?.
Hay muchas leyendas sobre Picio, yo me quedo con la del zapatero y bandolero andaluz, que fue procesado y condenado a muerte. El gobernador le indultó y a consecuencia de la noticia sus facciones, que de por si no eran demasiado armónicas, se deformaron hasta el extremo que sufrió un infarto y el sacerdote le dio la extrema unción depositando la sagrada forma en el extremo de una larga caña, vamos que solo verle producía repulsión.
EL NEGRO es como la botella, unos la ven medio llena y otros medio vacía, unos lo ven como una expresión positiva y otros negativa, pero lo que es, es y más si es real.
Partimos de que lo negro es una ausencia de color, por lo tanto es un contrasentido decir "color negro". El negro se desplaza a extremos en las expresiones y dependiendo del tono y de quien las dice son positivas o negativas.
El negro como calidad y excelencia, respeto: vestimenta, decoración, diseño, negrecer (agradecer), negrilla (tipo de letra), negreta (ave), negrete (cántabro), negrito (entusiasmado), negritud (movimiento literario francés), jamón pata negra, caviar, calidad etiqueta negra, cerveza negra, bronceado de mar, voz de cariño, nota musical, papa negro, azúcar, toro, luz, morera, nuez, etc. . Todo esto nada despectivo.
El negro como mala suerte, poco acompañado de la fortuna: más que moreno, tormenta en el cielo, sucio, ilegal (dinero negro), ritos de magia, triste, infeliz, mala suerte, fuera de la ley, trabajar mucho, apuros, garbanzo negro, irritación (me pones negro), escribe y firma otro, lista negra, mercado negro, merienda negros, etc..Todo esto produce pena pero no detecto odio.
El negro como palabra enriquecedora del idioma: nota musical, tinta, humor negro, cine negro, escribir negro sobre blanco, pasarlas canutas, cuervo, etc.
¿Se puede o no se puede escribir negro, sin que nadie se llame a engaños sobre supuestas intenciones?

Persona, unidad de medida de Picio


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