Estamos de vuelta de Tudela. La jornada ha resultado de los más variopinta en muchos sentidos; cuatro horas que enriquecen mucho.
El inicio en en Pabellón municipal no pintaba demasiado bien. Llegamos a las nueve de la mañana a unas frías instalaciones con dos cañones de calor a pleno rendimiento. Alba ha recibido varias sesiones de masaje por problemas que arrastra en la espalda, el último antes de ayer, apenas ha dormido, llega sin cenar y sin tomar nada de nada; primera noticia, en el pesaje no oficial le indican que está pasada en 450 grs.. Le queda media hora para rebajarlo. Se enfunda plásticos, polares, sudaderas, los más increíbles ropajes y empieza a correr por la gélidas naves. Sube y baja escaleras. carreras de ida y vuelta, otro pase por la báscula y cuando apenas quedan diez minutos para que cierren las listas, le indican que está pasada en 50 grs.. Angustiada no sabe que hacer, su entrenador entra en escena y le hace algunas indicaciones. Más carreras, más vueltas y voila ya está en el peso 52 kilos exactos.
Con estos antecedentes comienza la competición en el tatami dos de tres y gana por ippon a su primera contrincante. La observo que está fatigada y no va muy sobrada de fuerzas y encima dada la premura entre el pesaje y el pisado del tatami no ha comido nada, simplemente se agarra a una botella de bebida isotónica.
Gana el segundo combate por ippon y pierde los siguientes sin ser derribada en una sola ocasión, no entra y los shidos le van cayendo como el contador de un taxista; shido tras shido (justos no se crean). Total medalla de bronce, que no esta nada mal para lo que podía haber sido (llegué a pensar que no podrá competir por el dichoso peso).
Ana llega tocada en la rodilla, aunque no tiene problemas de peso. Compite simultaneamente con Alba en el tatami número tres, por lo que el entrenador (Hector) se encuentra con verdaderos problemas para dirigir, porque ya se sabe "unos por otros la casa sin barrer". No puedo apuntar demasiado sobre la competición de Ana, porque estaba más pendiente de lo que se denomina "la llamada de la sangre". Me subo a las gradas y preparo la cámara para hacer tomas de la final. Me llama la atención el grado de concentración de algunas judocas observando a la contrincante de Ana. Enciendo la máquina, preparo el objetivo, enfoco al centro del tatami y mi sorpresa es que Ana renuncia. Medalla de plata y opción de ir a la final de Madrid.
A José Luis solo le pude ven en un enfrentamiento que ganó. La medalla de plata es fenómenal.
No pude ver la actuación de Isidro, pero me comentan que ha sido muy notable. Son los comienzos.
Muy agradable compartir charla con el padre de Isidro y de José Luis
Esto es afición, a Gentico padre se le vio animando. Gracias en lo que me toca.
Fotos del grupo y sensación de trabajo bien hecho. De cuatro judocas riojanos, dos platas y un bronce no está nada mal.
Algunas fotos que no podemos hacer llegar directamente a los interesados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario