jueves, 4 de febrero de 2010

Judo batido

Voy al ayuntamiento para hacer unas gestiones. Por unos instantes me evado de los problemas y pienso en la primera vez que llegué a Logroño desde Madrid, me pareció una ciudad con encanto. No cabe duda de que en el escalafón de ciudades con arraigo Logroño ha descendido varios peldaños, vamos que del encanto ha pasado al canto (trozo de piedra). El museo sigue cerrado a cal y canto ¿permanecerán en su interior las obras de arte?, el edificio de correos sigue rodeado de vallas de alambre oxidadas, pero para fomentar la economía sostenible estan remozando la fachada del palacio de los chapiteles (para entendernos, el antiguo ayuntamiento). Como si en la cocina económica te dan un plato sin comida pero te aclaran que lo han lavado con Fairy.
Falta altura de miras y sobra crispación entre los autonomistas y los municipales. Para colmo en el año Jacobeo, el Sr. Varea hace de las suyas ¿cuando hay elecciones para que desaparezca este partido forúnculo ? y la posada de los peregrinos sigue en obras. Ahora resulta que se van a retrasar en la reinauguración porque han detectado una plaga de chinches. Ja ja ja. ¿pero cuando la han detectado estaban ellos dentro?.
Para colmo el alto responsable de la ONU para los estudios del cambio climatico se niega a dimitir, a pesar de que le han pillado alterando temperaturas y estudios para seguir manteniendo su postura y su puesto. Getas.

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