domingo, 14 de noviembre de 2010

Otra de Eibar









Fue una jornada intensa en muchos sentidos. Llegué a Eibar con la idea de comprar lotería de navidad y la compré. Tenía una fijación desde la visita anterior, una casa semi derruida que había pintado ¿estaría en pie?; estaba y lo que me maravilla es que han aumentado el número de ocupantes y que han prosperado porque lucen antenas parabólicas en pisos incluso sin cristales. Volví a verla acompañado de los padres de María y todos nos preguntamos como se puede engañar a la gravedad.

Desde el pabellón deportivo pudimos ver el graderío muy concurrido. Personajes que habitualmente no veo y algunos de ellos encantado de saludarles, como el anfitrión Manu Aguirre; la concejala de deportes que entregó los trofeos del homenaje, una pelirroja simpatiquísima; el sensei y árbitro por vocación, Bernardo Cazorla, acompañado de sus hijos e hija, todos campeones.

Varias anécdotas que en otro comentario explicaré, pero, aunque vaya por delante que los riojanos triunfaron ampliamente, hubo una situación que no termino de entender:

Últimos combates de la jornada y los de mayor nivel. María consigue medalla de oro en cadetes y Alba la consigue en junior. En la liguilla de Ana está otra de las homenajeadas, Maider Palavecino; las dos han vencido en sus respectivos enfrentamientos y se observa que el cruce va ha ser disputadísimo; han retirado tres tatamís y han dejado el de marras sin colchonetas en el lateral; comienza el enfrentamiento y el arbitro está muy espeso cuando anula un yuko a Ana que ha derribado a Maider, porque caen en el lado en que está adosado el segundo tatami, pero fuera del recinto de combate. Han terminado los tres minutos y establecen otro minuto sin que se produzca nada reseñable, se marca la técnica de oro con un minuto y cuando este está terminando aparece en pleno tatami una pelota procedente de unos críos que se han puesto a jugar. Veo levantar la mano al arbitro y pienso que ha parado el combate para que retiren el balón. Se me cruzan los cables cuando veo que empieza otro enfrentamiento. No entiendo nada. Le pregunto a Pedro, que al igual que yo está a pie de colchoneta, para que me aclare y me dice que el referi cuando levantaba la mano daba por vencedora a Maider Palavecino. Me quedo con la jaculatoria que oigo a mi alrededor sobre la actitud del padre de Maider, "es normal, juegan en casa".




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