Preparados , listos, ya, empieza la competición. A lo largo de los 4 tatamis van desfilando infantiles, que bajo el sistema de liguillas fundamentalmente buscan un puesto para las semifinales que se celebraran por la tarde. Se vieron algunos combates de alta escuela para la edad de los-las judocas. Claridad en las decisiones de los árbitros, salvo algún error de bulto como el cometido con un judoca aragones, Bistuer anunciaba su judogi. Gente conocida por mi se debatían en enfrentamientos. Destaco a vuela pluma: Irene y la Rubita mayor de las hermanas del Pedro Fernandez; Ángela , un poco tocada y que después de ganar un puesto para la final se reservó para la eliminatoria de la clasificación del campeonato de España escolar; un morenito aragonés que arrasaba; un arnedano, Jon, que despegaba con furia; una nena verde del Donibane que hacia un judo esplendido; portugués (Alves) y portuguesa, cadete y juvenil que compiten a gran altura; andorrana de marrón; Eva; Alicia, Carmen; Davidof; David; Víctor, que lo hizo muy bien contra un aragones; Sandra que compitió a gran altura con la portuguesa de apellido del este; dos morenitas del Pedro Fernandez , en dos pesos diferentes; una nena de siete- acho años rubita a la que veía por primera vez (de algún colegio de Logroño); Rodrigo; Alex; un chaval de azul que entrena en el horario de Alba , al que va su padre a recoger y en el que observe una gran progresión; José Manuel; el mocete verde de Haro; la vasca del San Sebastian y la aragonesa que compitieron con Alba y que desarrollaron un judo de alta competición. Alba, María, Miriam, Irian y Jumberi completaron el plantel de los que más huella me dejaron en la mañana .
La jornada se estaba desarrollando perfectamente y a buen ritmo. Tres anécdotas: la visita de dos políticos, Conrado Escobar, muy ligado al judo, junto con un candidato a concejal del PP; el pequeño pique de un sensei andorrano con Eduardo de Calahorra, a cuenta de que el último se había sentado en la esquina en un combate sub-13, aunque, yo era testigo, no había levantado la voz, porque es comedido incluso en combates en los que puede gritar; el padre de una judoca que ignoraba que esta estaba compitiendo en juvenil y reclamaba mate cuando Alba trataba de luxar a su hija.
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