VOLVIERON DE MADRID

No he publicado nada de lo acontecido en Madrid, el sábado y domingo pasados, con los cadetes e infantiles riojanos que participaban en el campeonato de España celebrado en Villaviciosa de Odón, hasta tener noticias oficiales, pero como la publicación de los resultados en los infantiles se demora, hago los comentarios que considero, haciendo la salvedad lógica que todo es en base a lo escuchado de los padres de los judocas, del entrenador Héctor Apellaniz y de un comentario dirigido por Pedro María a todos los que esta noche estaban en los entrenamientos del Gimnasio Pedro Fernández.
1.- Los resultados, visto el numero de campeonatos puntuables para el ranking de España en los que habían participado los riojanos ( ninguno ) creo que son positivos.
2.- María compitió sin ningún nerviosismo y llegó practicamente al final del combate con el marcador a favor, fruto de un yuko. La falta de experiencia la llevó a no arriesgarse a un shido y que la contrincante la marcase yuko en el último momento. Empate, técnica ó minuto de oro y los árbitros en banderas se decantan por la madrileña. Desde la ignorancia es para analizar que todos los enfrentamientos que he observado en los que la decisión es por banderas, todas las riojanas han perdido. Ana, Alba, María. No se si será el momento para estudiar una estrategia para estas circunstancias, como atacar más haciendo un esfuerzo final.
3.- Judit tuvo la mala fortuna de enfrentarse con la que a la postre sería la campeona. Me cuentan que ofreció poca resistencia. Lo extraño de la situación es, parece ser, que cuando la llamaron para el combate de repesca contra Ainara López López, no se encontraba en el pabellón.
4.- Estupenda actuación de Irene y Pepe que, como vulgarmente se dice, estuvieron en la pomada, ganando varios combates y como resultado oficioso, quedando quintos.
5.- La desconocida, hasta hace unos días, Laura, tuvo un papel muy destacado, dando la razón a su avalista. Regresa con la medalla de bronce .
6.- La actuación de David debió ser un poco desconcertante, ya que hay que leer entre lineas el sermón que Pedro Mari estaba echando a los participantes y fundamentalmente a este chaval, grande en envergadura pero al fin y al cabo un chaval. La diatriba versaba sobre los calentamientos antes de la competición.