martes, 1 de junio de 2010

LOGROÑO ES OTRA COSA







Tengo que hacer unas gestiones para las cuales tengo que atravesar Logroño; voy andando por el sitio histórico. Llevo la cámara y tomo unas fotos de Portales y de la Catedral. Atravieso por delante del ayuntamiento Moneista (cada día me parece más simple y horroroso en el exterior).

De vuelta me sobresalto por un sonido de sirenas, miro al reloj pero no son las doce, son las once de la mañana. A medida que me acerco de nuevo a la plaza del ayuntamiento descubro un grupo de un centenar de personas que se están manifestando delante del balcón de la alcaldía. Es la concentración más seria, autentica, con más empaque y menos politizada que he visto en mi vida. No hay carteles sindicales (más preparados que la manifestación de bienvenido mister Marshal), ni gritos, ni insultos; solo tambores , silbatos, sirenas. Los despachos del Alcalde están justo encima del largo soportal que transcurre en la calle. Me sitúo para tomar unas fotos de frente cuando uno de los manifestantes me pide por favor que me retire; lo hago mientras me pregunto si estaba molestando. Suena un petardo ensordecedor que hace que retumben los despachos situados encima; si el edil estaba, seguro que el estruendo le habrá llamado la atención. Once y diez, como si regresaran de tomar café el centenar de empleados del ayuntamiento entra dentro de las instalaciones, con paso pausado.

El dia 11 son las Fiestas de San Bernabé en Logroño, que, unidas a la fiesta del día de La Rioja hacen de estas fechas de lo más entrañable (participan muchos cidadanos de la tercera edad) porque existe un reparto de pan, vino y peces.

La cuadrilla oficial de chupócteros ira al monasterio en sus coches oficiales, partiéndose de risa comentando con que facilidad se engaña a los votantes " nos hemos bajado el sueldo base, pero a cambio aumentaremos las dietas y si es necesario cobramos kilometraje por ir de la Avda. Madrid al parlamento" se soltaran flores unos a otros y a otra cosa mariposa.

Uno de los actos más importantes de estas fechas el el paso de la ciudadanía por debajo de un arco de estructura de hierro montado por el ayuntamiento para estos fastos, delante del palacio de los chapiteles (antiguo ayuntamiento) en restauración desde hace años (trabajarán con bastoncillos de algodón, por el tiempo que dura la cosa). Me imagino el día de fiesta, los feligreses que pasen por debajo del arco y miren la fachada (mugrosa, polvorienta y hortera) tendrán la sensación que lo han montado en un muladar; solo se preocupan por ellos.

Me acerco al Gimnasio a eso de las nueve de la noche. Hay ocho judocas entrenado, dirigidos por el inefable Pablo Guerra; Alberto, Cipri, Luis, María, Alba hacen ejercicios de judo alto nivel, mientras Francisco (padre) entrena katas junto a Jumberi. Hay intensidad en lo que hacen y eso es excelente.

Ver a las dos chavalas juntas me recuerda de un trabajo que tengo en cartera. Un diamante en el que destacan la figura de judocas a las que les gusta el judo y si les pulen como es debido, brillaran en el futuro. La mitad del diamante.



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